martes, 9 de septiembre de 2008

Paremos esto!

De un tiempo a esta parte se está propagando exponencialmente un hecho que me tiene preocupado en extremo. Es un fenómeno que se extiende por los hogares, por las empresas, por los medios de comunicación, por el pequeño y mediano comercio, por la administración. No parece que nada pueda detenerlo. La democratización en el uso de las nuevas tecnologías no hace sino agravar el problema.

Prácticamente a estas alturas todo el mundo parece infectado por el mal y uno quisiera a veces también estarlo. La alternativa es sufrir constantes retortijones y un deseo urgente de arrancarse los ojos.



Me estoy refiriendo al uso indiscriminado del tipo de letra "comic sans", de la que el propio autor -Vincent Connare- se desmarca avergonzado. Aparentemente esta fuente provoca una simpatía instantánea en todo aquel que comienza en el mundo de la informática (y en todo aquel que parece estancarse en un estadío temprano del mismo, el del desastroso descubrimiento de los "screen beans" y del "WordArt" del Office).

En el Word, en el PhotoShop, en Blogger... para informes, carteles, presentaciones, calendarios, mails, invitaciones... la "comic sans" resulta irresistible a una gran parte de la población mundial. Les parece una fuente cercana, simpática, qué se yo!

Como no es la letra por defecto en ningún programa, no queda otra que deducir que, pese a la gravedad del hecho, su presencia se trata de un acto voluntario. Puede que hasta consciente, no sé. Quizás quien lo perpetra busca una complicidad en el prójimo, una aquiescencia que, me temo, ya es global. Los líderes del movimiento, seguramente para identificarse, llegan incluso a poner lineas enteras en mayúsculas con esta letra (ese es el momento en que uno piensa en la muerte).

Espero que esta señal de alarma no llegue demasiado tarde. Creo que aún quedamos suficientes. Organicémonos!



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